jueves, 16 de enero de 2014

(VIDEO y Fotos) Sevilla: La protesta de apoyo a Gamonal acaba en una persecución delirante

Alrededor de las 19h de ayer se concentraron frente a la sede del PP, en la sevillana calle San Fernando, más de 100 personas para mostrar su apoyo a la lucha vecinal contra la construcción de una milla de oro en el barrio de Gamonal, en Burgos, y para pedir la liberación de las dos personas...
que se encuentran en la cárcel por estos hechos.
La protesta comenzó sin incidentes, con el grupo de manifestantes coreando eslóganes como “¡Libertad, presos por luchar!”, junto a históricos como “Sevilla será la tumba del fascismo” y otros que parecen dar cuenta de un cierto cambio en el ánimo de la ciudadanía con respecto a la protesta: “Menos batucada y más barricada”. Algunos paseantes y ciclistas les mostraban su apoyo al pasar. Una veintena de policías vigilaba la escena, que se desarrolló sin apenas incidentes.
Sin embargo, aunque el grupo de manifestantes se encontraba en principio a unos veinte o treinta metros de la puerta principal de la sede del Partido Popular, pronto empezó a aprovechar el paso del Metrocentro para posicionarse cada vez más cerca, hasta llegar a parar el tranvía en ambas direcciones, hecho que la delegada del Gobierno en Sevilla, Carmen Crespo, siempre intenta evitar por todos los medios cuando se producen concentraciones ciudadanas frente a la sede del PP.
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Foto: Jesús Rodríguez
Cortar el Metrocentro suele ser la señal que precede a las primeras cargas, y muy pronto los agentes se turnaban para hacer visitas a la furgoneta y volver con cascos. El tranvía permanecía parado y dos furgones policiales comenzaron a cubrir los flancos, preparando «una ratonera», según se expresaba un ciudadano que observaba la escena. Los manifestantes decidieron marcharse del lugar sin previo aviso y dirigirse hacia la Puerta de Jerez ante esta situación.
A partir de ese momento, la concentración se convirtió en un delirante juego del ratón y el gato entre los manifestantes, que comenzaron a callejear por el centro de la ciudad mientras pequeños grupos se descolgaban progresivamente, y los coches de policía, que intentaban cercarles sin éxito alguno para sorpresa y desconcierto de propios y extraños.
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Foto: Jesús Rodríguez
El esperpento continuó hasta que algunos furgones desistieron al llegar a la Campana y procedieron a identificar a uno de los participantes en la protesta, que también fue multado, así como a un ciudadano que gritó “Policía asesina” al pasar. Cuando el identificado adujo que estaba haciendo uso de su libertad de expresión, el agente replicó que «eso no es libertad de expresión, son calumnias». El hombre pidió que el agente le explicase entonces quién había matado a Íñigo Cabacas. No hubo respuesta.
Los últimos manifestantes continuaron jugando al despiste hasta llegar a La Alameda, lugar en el que las fuerzas del orden realizaron más identificaciones, aunque no se produjo ningún otro incidente destacable.

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